La Experiencia De Una Pareja En Oregon, The Wine Country

Pinot Noir y Chardonnay pueden ser los nombres más populares en el estado de Oregón, ubicado en la costa noroeste de Estados Unidos, que se ha ganado una reputación internacional por su producción vinícola.

Está considerado como uno de los estados más encantadores y friendly para hacer turismo, y Portland, su ciudad más grande, es la Joya de Oregón. Conocida como la Ciudad de las Rosas desde fines del siglo XIX, cuando se realizó un festival de flores cuya tradición continúa hasta hoy.

La ciudad tiene fama mundial como centro de arte, cultura y comercio, siendo el hogar de muchos artistas y creadores. Por otro lado, se anota un récord en cervecerías artesanales y los food trucks son muy populares.

A menos de una hora de allí está el magnífico Valle de Willamette que cuenta con bodegas muy reconocidas, pintorescas ciudades y extensas tierras de cultivo que se pueden visitar.

Los viñedos de Willamette se caracterizan por ser de los más hermosos, con una brillante gama de verdes. Son muy conocidos además porque producen los mejores elíxires como resultado de una buena enología y un terroir muy particular.

Si te encanta la naturaleza y eres de los que sueles usar el hashtag «#Ilovegreen» o «#ecofriendly», este es el it place para quedarte fascinado, tanto por sus viñedos y bodegas como por todo lo que ofrece para hacer: viajes en globo aerostático por la campiña, un parque natural de cascadas, visita a mercaditos de productos locales y orgánicos, montañas para escalar, solo para mencionar algunas de las opciones.

Por aquí estuvieron Pavel García y Cludia Svelti, una pareja a la que le apasiona el arte de viajar y sabe informarse para aprovechar al máximo el destino que visita. Este viaje no fue la excepción, en especial porque Pavel AMA todo lo relacionado con la cultura del vino. Esta escapada a Oregón tenía que ser muy especial.

El lugar elegido para alojarse superó sus expectativas con creces. Descubrieron un hotel fascinante a poca distancia de Portlan, ubicado en la ciudad de Newberg en el condado de Yamhill.

→Claudia y Pavel:

“Fuimos al Hotel The Allison Inn & Spa. Es IMPRESIONANTE, con una vista insuperable al valle de Willamette. Fue una gran sorpresa y descubrimiento para nosotros. Es Bellísimo, acogedor. Te ofrece una experiencia muy completa tanto para relajarte, como para disfrutar de su gastronomía y famosa bodega.

Es tipo hotel boutique y está rodeado de viñedos. Algo que nos encantó es que todo fue construido con materiales netamente locales, utilizando distintas maderas. ¡Es un espectáculo!

Y para el descanso es lo máximo, tiene un spa muy completo. Su piscina bajo techo, de agua climatizada, es una maravilla.
Y que te digo de la combinación que resulta de contemplar esos impresionantes paisajes con la buena gastronomía y sus vinos que son » del mismo patio»… ¡Algo único! 

Tienen un “signature restaurant”: Jory . Toda una experiencia gastronómica. Nos encantó su menú con sabores nativos, creaciones exquisitas y muy originales. Es tipo “Farm to table”, de la granja a la mesa, todo orgánico. Y, por supuesto, maridan sus platos con los vinos de Oregon y de su estado frontera: Washington State.

Hay someliers que te ayudan a elegir los vinos y te explican los diferentes tipos, por ejemplo, de Pinot Noir. También te orientan sobre los mejores viñedos en el área, así que al otro día de la primera noche en el hotel salimos con nuestra lista de bodegas que teníamos que visitar: Adelsheim, Domaine Serene, y Ponzi Vineyards. Todas productoras de importantes etiquetas de la región.

Ponzi nos deslumbró con su impresionante propiedad, el lugar de degustación y su arquitectura contemporánea, con una visual de 360 grados del Valle. El paraíso de la vid”.

Como te decía anteriormente, a solo una hora de la ciudad de Portland se puede tener la experiencia del “Wine Country” que vivieron Pavel y Claudia. Hace tan solo 30 años Willamette Valley albergaba unas 20 bodegas… ¡hoy cuenta con más de 600!

La zona ofrece paisajes bucólicos que te quitan el aliento, con todos los tonos que solo la Madre Naturaleza puede crear. Los viñedos están enclavados entre colinas y carreteras donde da gusto transitar.

La historia vinícola de Oregón se centra en dos cepas protagónicas: chardonnay y pinot noir, por la proximidad de condiciones con Borgoña. Además de Pinot Gris y Riesling, con segundo y tercer puesto. Todas han encontrado aquí las condiciones inmejorables para dar un buen producto: los tipos de suelo, el clima y enólogos idóneos para interpretarlas en vinos que como dirían los expertos son vibrantes, elegantes, expresivos limpios y auténticos. O sea, “crème de la crème”.

Volviendo a la inolvidable experiencia de la pareja, además de recorrer los principales viñedos y catar de los mejores caldos de la región, también disfrutaron de las opciones que ofrece Oregón para el turismo.

Un de ellas es el Parque Estatal Silver Falls, donde se puede caminar detrás de impresionantes cascadas en esta área histórica del Valle de Willamette. Claudia y Pavel quedaron fascinados con los numerosos saltos de agua y los paradores que hay en el trayecto.

Es una zona famosa por su abundancia de cascadas pintorescas. Se trata del parque estatal más grande de Oregón (3723 hectáreas) y es uno de los más populares. Ubicado a 92 km al sur de Portland.

Si vas admirarás la impresionante vista desde arriba antes de descender a una cueva detrás de las cataratas a lo largo del Maple Ridge Loop. Los excursionistas más avanzados pueden seguir el Winter Falls Loop (de 8 km) pasando por siete tipos de saltos diferentes, incluyendo Double Falls de dos niveles. Aquí también se aprecia una biodiversidad maravillosa.

Recuerdo cuando mi amiga Claudia regresó de este fabuloso viaje como le brillaban los ojos al contarme todo esto.

Ambos también disfrutaron mucho una visita a uno de los emblemáticos “farmers markets”. Aquí les impresionó lo relajado de los vendedores a quienes tu le decías lo que pusiste en tu canasto y confiando en tu palabra te cobraban.

En estos mercaditos se pueden encontrar los frutos más frescos, todo orgánico y local; comida étnica, frutos secos, productos a base de lavanda y todo lo “farm”.

Claudia nos enviaba en vivo y directo al chat de las amigas unas cherries que se estaba comiendo en el lugar😍🍒 ¡era para matarla de la envidia que nos daba! 😅

Además del testimonio de los amigos, por lo que investigué para este post, los lugareños son muy amables y serviciales, viven con una arraigada conciencia por lo verde, lo sustentable, lo orgánico y lo saludable. Aman la autenticidad y son catalogados como gente feliz que suelen vivir en un ambiente relajado y sin pretensiones. ¡Ay, como que dan ganas de irse a vivir para allá!

No sé si a tanto llegaría, pero después de ver todo lo que Oregón ofrece, de seguro que encabezará mi lista de lugares pendientes por conocer.

Esta fue la primera vez que Claudia y Pavel lo visitan y aseguran que no solo volverían sin pensarlo, si no que desean regresar pronto.

El viaje lo definieron como “una experiencia de puras sorpresas, 100% recomendado”.

→Y a ti, ¿Qué te parce lo que te contamos aquí de Oregón, the Wine Country?

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¡Hasta la próxima aventura mis amigos viajeros!