El Camino a Machu Picchu

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Este post es la continuación del anterior sobre Cusco, (que puedes leer entrando ➡ aquí ⬅), donde te narraré cómo de esta ciudad llegué a Machu Picchu.

Andaba en un tour y salimos bien temprano porque en el trayecto conoceríamos lugares claves del Valle Sagrado y viviríamos experiencias que hicieron este viaje mucho más completo.

Nuestra primera parada fue en el parque Arqueológico de Pisaq. Era enero, por lo tanto, verano en esta parte del hemisferio, y hacía 15 grados C de temperatura. Al llegar, recuerdo que me quedé alucinada. Es de esos lugares que te garantizan el efecto “wao”.

Pisac significa “En armonía con la naturaleza”.

Luego de una explicación de nuestro guía, decidí separarme un rato del grupo para contemplar aquella creación del inca en medio de una majestuosa naturaleza. Sentí mucha paz y energía. Fue como salir recargada de buena vibra.

Se encuentra al este de Cusco, a 33 Kms. de distancia. Está considerado como uno de los centros arqueológicos más hermosos del valle. Ubicado en el cerro más alto de la ciudad, reposa sobre una superficie rocosa.

Junto a Cusco y Piquillacta, Písac cierra un triángulo equilátero de 33 kms. planificado para proteger la ciudad de los posibles ataques de los enemigos. Era un gran centro de producción artesanal.

Mercado en el Pueblo de Pisac

De ahí descendimos para visitar el pueblito de Pisac, con su típico mercado artesanal, donde compramos algunos souvenirs. Y en una joyería aprendimos el significado que los incas daban a los metales y piedras preciosas que utilizaban para hacer sus joyas. Este es un punto de interés para los que quieran comprar prendas peruanas.

Luego continuamos el recorrido a lo largo del valle, pasando por pueblitos típicos hasta llegar a la provincia de Urubamba para disfrutar de un almuerzo buffet en el restaurante Tunupa, que es el nombre de una deidad andina. El restaurante es una casona colonial enclavada en una finca hermosa. Aquí comimos riquísimos platos locales y me hice amiga de una alpaca.

Con la barriga llena y el corazón contento seguimos rumbo a Ollantaytambo. Es uno de los pueblos más importantes del Valle Sagrado porque conserva su antiguo diseño urbanístico inca. Sus ruinas consisten en una enorme fortaleza inca con grandes terrazas de piedra en una colina.

Cuando llegamos, recuerdo que pensé que este viaje estaba siendo un regalo para los sentidos y el alma… ¡pero también un gran reto físico!

Hay que subir un montón de escalones y es muy probable que más de uno deba hacer más de un alto de cuando en vez para descansar. Aquí es imprescindible llevar agua y filtro solar. Los principales puntos de interés de este complejo son el enorme Templo del Sol y la fuente de los Baños de la Princesa.

Luego del recorrido por las ruinas bajamos al casco antiguo del pueblo. Es muy colonial, con calles adoquinadas, edificios de adobe y coquetos rincones por donde perderse.

Aquí tomamos algo frente a su plaza en un pequeño cafecito. Al ver su mini balcón, donde apenas caben dos sillas, pero con una linda vista a las montañas, me percaté de que se trataba de uno de los balcones más fotografiados en IG. Pero yo no estaba en producción, solo quería descansar y disfrutar tranqui del momento. ¡¡En una hora salíamos en tren a Machu Picchu!!

Contrario a lo que muchos hacen, que el mismo día que salen de Cusco van directo a Machu Picchu, nosotros estuvimos, como ves, visitando puntos de interés en el trayecto. Llegaríamos de noche a Aguas Calientes, el lugar desde donde subes en autobús a la montaña.

Lo negativo que veo de esto es que el trayecto en el tren lo haces al caer la noche y te pierdes el paisaje. Lo positivo es que llegas y descansas y al otro día te levantas bien tempranito fresco como lechuga para subir a la famosa Ciudadela. Este boleto de tren ya lo teníamos incluido en el paquete, pero vimos que costaba US $54 la ida, por persona, con impuesto incluido.

Antes de contarte mi experiencia en la maravilla de Machu Picchu, quiero hacer un aparte para hablar del tema tren y transporte, porque sé que es del interés de muchos.

Una opción más desafiante y aventurera es caminar por cuatro días que toma llegar a Machu Picchu por el Camino Inca, como hacen muchos viajeros y peregrinos cada año. Si no, hay que reservar los boletos de tren, preferiblemente con anticipación. |Puedes reservar aquí | Es importante saber cuándo ingresarás ya que es por tandas que se puede acceder al complejo arqueológico.

Al hacer tu reserva por internet, puedes elegir entre uno de los 4 tipos de boletos:

  • A la Ciudadela y para subir a ‘Huayna Picchu’
  • A Machu Picchu Solo (la Ciudadela)
  • A la Ciudadela y la ‘Montaña Machu Picchu’
  • Ciudadela y ‘Museo Machu Picchu’.

Hay quienes solo visitan el complejo y hacen el recorrido (como lo hicimos nosotros) y otros suben a las otras montañas mencionadas. Hacer la reserva con tiempo, reitero, es fundamental.

Dependiendo del servicio de tren que elijas, puedes abordarlo en la estación de Poroy (cerca de Cusco), o en la estación de Ollantaytambo, como hicimos nosotros. La mayoría de los servicios de tren parten de esta estación, está a dos horas en vehículo de la ciudad de Cusco.

Ojo si estás haciendo el viaje por tu cuenta, debes tener muy bien organizado el tema de los tiempos. El horario de tren que elijas debe coincidir con tu boleto de entrada a Machu Picchu. Algunos viajeros les ha pasado que por un mal cálculo de tiempo han perdido su ingreso al complejo arqueológico o a la montaña Huayna Picchu, por ejemplo.

La estación final del tren a Machu Picchu es en la estación de Aguas Calientes; y a solo 2 cuadras de ella, se encuentra la estación de los buses que te llevan a Machu Picchu. El mismo punto de llegada será de donde tendrás que abordar el tren de retorno. Debes llevar tu pasaporte contigo, siempre.

Importante:
*Estar media hora antes en la estación de tren.
*Los boletos más económicos en tren suelen agotarse rápido. ¡¡Hay que comprarlos con tiempo!!
*A menos que viajes en Incarail (PerúRail e IncaRail son las empresas que cubren las vías de Ollantaytambo a Machu Picchu) no permiten abordar los trenes a Machu Picchu con maletas grandes, solo equipaje de mano, que es lo más recomendable de llevar de todas maneras, con lo imprescindible.

Conectando con mi travesía, llegamos de noche a Aguas Calientes, cenamos algo en una de sus callecitas principales y a dormir, que al otro día debíamos madrugar.

A las 6:30 AM caminamos al lugar para tomar el autobús, todo está bien cerca. Aquí no hay vehículos, solo los buses que suben a Machu Picchu. Cuesta aproximadamente 20 dólares ida y vuelta. Nosotros lo teníamos incluido en el tour. Para entrar te piden tanto el recibo como el pasaporte.

Antes de ver el mágico espectáculo de las montañas hay que subir un buen pedazo, que para algunos puede representar un reto, pero no por mucho tiempo. Al llegar, cualquier cansancio se despeja.

Uno de los ángulos más fotografiados de la Ciudadela.

El guía nos quería llevar como caña pal ingenio, pero le pedimos que nos dejara un tiempo más contemplando una de las escenas más famosas del planeta. Tampoco era que podíamos estar mucho aquí, ya que detrás venían más grupos para observar y hacerse sus fotos en este spot.

Cuando íbamos a continuar la marcha, un grito me sacó de mi modo paz. No me quiero acordar. Era una mujer que voceaba desesperada. Yo no quería acercarme al lugar de dónde provenía y solo pensaba: “No puedo creer que este día tan especial se vaya a empañar con una tragedia”.

Un joven se cayó por estar saltando por una de las terrazas del lugar arqueológico. Gracias a Dios que no fue severo, ni cayó por un barranco y pudo pararse por sus propios pies.

El guía nos contó que otros no han tenido la suerte para contarlo, y por pasarse de las zonas permitidas o andar brincando cerca de precipicios han tenido una caída fatal.

En el 2017 la noticia del turista alemán Oliver Pats, de 51 años, dio la vuelta al mundo. La policía en Perú informó que murió al caer por un precipicio cuando aparentemente se tomaba un selfie fuera del cordón de seguridad que marca el recorrido para los visitantes.

Pasado el susto y agradeciendo porque no pasó de ahí, seguimos en calma contemplando y maravillándonos con el lugar.

Nuestro guía nos decía que, aunque algunos pocos locales sabían de la existencia de esta «ciudad perdida,» fue realmente descubierta y dada a conocer al mundo por el explorador Hiram Bingham en 1911. El hizo cinco viajes posteriores al hallazgo, donde tomó más de 3 mil fotografías, muchas de las cuales fueron presentadas en la revista National Geographic.

Por cierto, no te he dicho que el nombre de este lugar proviene del quechua sureño “machupikchu”, que significa “Montaña Vieja”.

Está a 2,490 metros de altura, al sur del Perú, en el lado oriental de su Cordillera Central. Es muy importante destacar que una cosa es La Ciudadela de Machu Pichu y otra la montaña Wayna Picchu, que es la montaña famosa que siempre sale en las fotografías.

Tanto a esa montaña como a la llamada “Montaña de Machu Picchu” se puede subir, pero requiere que compres el ticket de entrada y hagas la reserva con tiempo, pues sólo permiten cierta cantidad de personas al día.

En el 2007 fue nombrada como la 7ma maravilla del mundo moderno. Algunos dicen que la constante visita de turistas hace que uno pase por el lugar y no sienta o viva “la magia” de otros tiempos. Pero, particularmente creo que eso va a depender de la persona.

Tras todas las explicaciones de interés, mi esposo y yo le dijimos al guía que regresaríamos al bus por nuestra cuenta (el cual puedes tomar a cualquier hora dentro del horario establecido) para quedarnos más tiempo por la Ciudadela.

Nos regalamos un momento muy especial donde realmente nos sentimos conectados con Dios y la Naturaleza. Fue como un boost de recarga de energía y paz. No tuvo precio.

Uno de nuestros ángulos favoritos fue este. Esta montaña, al lado de Huayna Picchu, acaparó mucho nuestra atención pues le podía ver un halo o especie de aura.

Al bajar al pueblo de Aguas Calientes, teníamos unas cuantas horas antes de tomar el tren de regreso. Teníamos un almuerzo buffet incluido en el hotel Mapi, buenísimo.

Luego dimos un paseo por su Plaza Principal y lugares de interés.

Plaza Manco Capac
“Crónicas de piedra». Es el circuito que alberga 37 esculturas talladas sobre rocas, que narran leyendas de la cosmovisión andina.

Para finalizar nuestro recorrido, un delicioso cóctel a base de pisco. Quien nos atendió (su nombre se me extravió. Mala mía) fue un chico súper amable, quien ha estado de vacaciones en República Dominicana y nos habló de lo bien que la pasó y sus deseos de volver.

Dejamos nuestro comentario y firma en el libro de visitantes del lugar.

La experiencia de visitar Machu Picchu será, como todo viaje, única para cada quien. Creo que es uno de los lugares que debe conocerse, aunque sea una vez en la vida. Para mí, haber podido ir fue un regalo muy especial .

Comprobé lo que había escuchado de otros viajeros: que las fotografías no le hacen justicia a la realidad. Hay que ir para vivirlo.

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Acerca de Onysela Valdez 87 Articles
Ony Valdez Periodista, Productora, Locutora, Relacionista Publica y Bloguera. Fundadora de este blog de viajes. Si quieres escribirme un correito, puedes ir a la sección de contacto💙

2 Comments

  1. Amiga. Sin desperdicio !! Excelente contenido. Me imaginaba ya por esos paisajes.
    Comencé a hacer mis apuntes. Loca por que llegue ya la fecha. Jijii 🙌🥰💪👌👏👏👏👏

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